1 REYES 8:37-39 Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea; 38 toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, 39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque solo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);
Verdaderamente en el mundo existen virus mortales, así como la pandemia de la que aún estamos saliendo, pero uno de los virus más mortales es el Ébola con una tasa de mortalidad del noventa por ciento.
Pero en el texto que hemos leído podemos encontrar que aparte de las plagas que afectan a los seres humanos y las plagas que afectan los cultivos, también hay otras plagas que están en nuestro corazón, sobre esos virus mortales que afectan, que dañan y destruyen las familias y los matrimonios vamos a reflexionar hoy por medio de la palabra de Dios:
I) PRIMER VIRUS MORTAL PARA LA FAMILIA: LA VIOLENCIA (PROVERBIOS 19:10) El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias, añadirá nuevos males. Tristemente las personas que sufren cualquier tipo de violencia dentro de la familia sufren daños físicos, emocionales y mentales. Muchas veces es tan grande el daño, son tan grandes las heridas que se vuelven personas incapaces de establecer o mantener relaciones afectivas. Son personas que sufren problemas de baja autoestima. Y lo mas grave es que la violencia intrafamiliar puede incluso llegar a la muerte de la persona que la sufre. NO DEBEMOS NORMALIZAR LA VIOLENCIA EN NUESTROS HOGARES, ningún tipo de violencia es normal o aceptable. Si queremos agradar al Señor tenemos que erradicar de nuestra casa la violencia en todas sus manifestaciones, maltrato físico, verbal, emocional, económico, etc.
II) SEGUNDO VIRUS MORTAL PARA LA FAMILIA: LA INJUSTICIA (JOB 11:14) Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more en tu casa la injusticia, Lastimosamente la mayor parte de personas señalamos y nos quejamos de las injusticias de la sociedad, pero no queremos reconocer las injusticias que cometemos nosotros mismos dentro de casa, con nuestra familia, Como cristianos debemos saber que a nuestro Dios le agrada que hagamos lo justo, lo bueno y lo recto. Tenemos que reconocer que es injusto que los quehaceres de la casa recaigan solamente en una persona, es injusto que las parejas que tienen hijos fuera del matrimonio no se les permita que se les visite y ayude, es injusto que tengamos preferencias con nuestros hijos, etc.
III) TERCER VIRUS MORTAL PARA LA FAMILIA: LA INDOLENCIA (ISAÍAS 32:9-10) Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón. 10 De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá. La Indolencia describe a quien no se afecta ni se conmueve ante la violencia, el dolor o las injusticias que sufren los demás, y también significa flojera, pereza o haraganería.
En la familia no podemos ser indolentes ni ser cómodos para actuar ante los maltratos que sufren nuestros hijos e hijas, no podemos ser indolentes ante los abusos que sufre una esposa o una madre, tenemos que actuar, no podemos tener un corazón duro e indiferente ante el dolor y menos el dolor que sufren personas de nuestra familia. Muchas veces como cristianos sentimos temor si denunciamos los abusos, sentimos temor de llamar a las autoridades competentes para poner alto a los abusos, pero nosotros no debemos tener temor, los que tienen que tener temor de la autoridad deben ser los que hacen lo malo, lo que comenten abusos, nosotros no debemos tomar la justicia en nuestra manos, pero si podemos dejar que la justicia terrenal obre en contra de los que abusan y maltratan (Romanos 13:3-4) Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; 4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
IV) CUARTO VIRUS MORTAL: LA FALTA DE EMPATÍA (MATEO 24:52-43) Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.La falta de empatia viene de un corazón indiferente ante las necesidades y dificultades de los demás, generalmente esa falta de empatía se manifiesta en frases y actitudes haciendo sentir a las personas que se están “haciendo las víctimas” que están “exagerando” , no nos ponemos en su lugar, sino que miramos sus problemas con con un corazón egoísta, es decir, si no me esta pasando a mi, entonces no es tan importante, es una actitud que daña, que hace sentir abandonados a los que sufren, La palabra de Dios nos llama a nos ser indiferentes sino que debemos tener empatía con las personas y mucho más dentro de nuestra familia (Romanos 12:15) Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.