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‘Kraken’, ‘Perro del infierno’ o ‘Tifón’: ¿quién pone estos nombres a las variantes COVID?

La OMS utilizó letras griegas para nombrar las principales variantes de COVID como Alpha, Delta y Ómicron. No obstante, la evolución cambió y el virus comenzó a evolucionar dentro de Ómicron.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es la organización mundial que ha estado rastreando el ritmo de la pandemia y el flujo constante de mutaciones o variantes que han surgido en los últimos dos años desde que se identificó el coronavirus original que causa la COVID-19. Además, este organismo ha estado evaluando exhaustivamente lo que la evolución del virus significará para la transmisión y la gravedad de la enfermedad.

La idea era dar a las variantes nombres que fueran fáciles de entender para aquellas personas que no sean científicas. De la misma manera, la OMS consideró que era necesario eliminar cualquier estigma estrechamente relacionado con el país donde se identifica por primera vez una variante.

Letras griegas
Para ello utilizaron letras griegas. Todas las personas conocen los nombres de las principales variantes de COVID como Alpha, Delta y Ómicron, entre otras. Sin embargo, el año pasado la evolución cambió, al igual que los nombres de las principales variantes, debido a que en lugar de generar variantes completamente nuevas, el virus comenzó a evolucionar dentro de Ómicron.

Es por ello que se dejó de usar letras griegas después de Ómicron, argumentando desde la OMS que las nuevas variantes no eran lo suficientemente diferentes como para justificar apodos. Durante meses, el profesor de biología en la Universidad de Guelph en Ontario, Ryan Gregory, ha trabajado para ofrecer nombres de calles para cepas complicadas del coronavirus, en un intento por comunicar mejor al público la amenaza de la evolución de Ómicron.

Alternativas
Con aportes de científicos profesionales y ciudadanos de todo el mundo, Gregory asegura en una entrevista concedida a Fortune que ha elaborado una lista de apodos memorables de la mitología griega y otros reinos (Quirón, Tifón, Argus y Basilisco) para Ómicron que, a día de hoy, representa las mayores de las amenazas.

Este manifestó que su inspiración en “Centaurus” este verano se debió a un usuario de Twitter. A raíz de ello, multitud de medios de comunicación y expertos utilizaron este apodo, algo similar a lo que ha pasado con “Kraken”, un agresivo monstruo del folclore escandinavo que comenzó a utilizar después de Navidad y rápidamente ganó fuerza.

Linajes Pango
Al descubrir variantes potencialmente amenazantes, la OMS actualmente usa los llamados linajes Pango en vez de letras griegas, que son combinaciones de letras y números de los que probablemente hayas escuchado hablar, como BA.2.75.2 y BA.4.6. Las etiquetas de Pango han conservado su especificad a medida que el virus muta sin restricciones, asegura Gregory. No obstante, estas etiquetas son demasiado precisas para el público en general, además de olvidarse y confundirse con facilidad.

A los expertos les preocupa que la falta de nombres nuevos y específicos para las variantes de Ómicron puedan llevar al público a sacar conclusiones falsas, como que el virus no está evolucionando o que una infección con Ómicron hace meses otorgará protección contra cepas más nuevas de Ómicron, lo cual no es cierto. El caso es que si el coronavirus sigue generando nuevas mutaciones, hay otras listas de nombres para tocar: constelaciones, estrellas, galaxias…

Fuente :
Raúl González | as.com

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