California.- Después de la emoción y las risas que vivimos en la 96º edición de los Premios Oscar, llegó el turno de las fiestas. Como siempre, las estrellas disfrutaron de la gran noche del cine hasta altas horas de la madrugada y causaron furor con sus looks más atrevidos y originales. Eso sí, si hay alguien que no dejó indiferente a nadie con su vestido esa fue, sin duda alguna, Demi Moore. La actriz estadounidense, de 61 años, mostró su lado más explosivo y se convirtió en el centro de todos los flashes.
Así de espectacular la vimos posando con sus hijas a su llegada al Centro Wallis Annenberg para las Artes Escénicas de Beverly Hills (California), que desplegó la alfombra roja para celebrar la fiesta post Oscar de Vanity Fair. Las fotos rápidamente empezaron a circular por las redes sociales y lo más comentado fue: ¡parece más joven que sus hijas! Eso es lo que pensaron muchos al verla posando con Rumer, de 35 años, Scout LaRue, de 32, y Tallulah Willis, de 30, fruto de su matrimonio con el también actor Bruce Willis.
Rumer, que hace un año se convirtió en madre, eligió un total-look rosa con un vestidazo con cola y un pronunciado escote, además de guantes a juego; Scout apostó por un diseño metalizado con un original estampado y Tallulah lució un vaporoso vestido con flores y escote palabra de honor.
La más arriesgada fue su madre, que demostró eso de «quien tuvo retuvo». La protagonista de Ghost se decantó por un sugerente vestido de color marrón con un escotazo que no es apto para cualquiera. A sus 61 años, Demi Moore sigue estando en plena forma y presumió de figura en la gala de Vanity Fair.
Además, completó su look con unos llamativos pendientes de aro con pedrería y clutch metalizado. Fiel al estilo que lleva durante estos últimos años, llevaba su larguísima melena suelta y muy pulida y un maquillaje natural que resaltaba sus ojos. De nuevo, la imagen de la exmujer de Bruce Willis y Ashton Kutcher se ha convertido en noticia, ya que son muchos los que opinan que se ha hecho algún tipo de retoque para estar así de radiante.
